Levantarse por la mañana y ponerse las lentillas puede llegar a ser misión imposible, sobre todo esos días en los que nos levantamos con el pie izquierdo. Sigue esta guía de uso y mantenimiento de lentes de contacto y lo verás claro.
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PASO 1: Antes de tocar las lentes de contacto…
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Lávate las manos con un jabón que no contenga aceites, lociones o fragancias.
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Sécatelas bien con una toalla que no tenga pelusas.
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Utiliza las yemas de los dedos para manipular las lentes.
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Evita tocar las lentes con las uñas o con objetos afilados.
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Comprueba que la lente esté limpia y que no esté dañada.
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Asegúrate de que la lente está del “derecho” antes de insertarla en tu ojo.
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Aclárala con solución para eliminar cualquier residuo.
PASO 2: ¿Cómo se coloca una lente de contacto?
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Al acercar la lente de contacto a un ojo, mantén siempre abierto el otro ojo, fijando la mirada en el espejo, para facilitar la manipulación.
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Con una mano: Coloca la lente en la yema del dedo índice, asegurándote antes de que está seco. Con el dedo corazón, desliza hacia abajo el párpado inferior.
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Con la otra mano: Utiliza el dedo índice para levantar el párpado superior.
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Guarda tus lentes de contacto en su estuche, usando siempre solución nueva. Nunca utilices de nuevo la solución que se encuentra en el estuche. Usa solución nueva cada vez que te quites las lentes de contacto.
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PASO 3: ¿Cómo saber si la tengo bien puesta?
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Una vez insertada la lente de contacto en el ojo, realiza un ligero movimiento circular con el dedo, para eliminar burbujas de aire entre la lente y el ojo.
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Si la lente no se centra automáticamente tras varios parpadeos, con el ojo abierto, desplaza con cuidado la lente hasta colocarla en su lugar, empujándola con el borde del párpado. Utiliza el dedo como guía.
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PASO 4: ¿Cómo retirar la lente?
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Mantén siempre abierto el otro ojo, fijando la mirada en el espejo, para facilitar la retirada de la lente de contacto.
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Con una mano: Utiliza el dedo índice para levantar el párpado superior.
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Con la otra mano: Con el dedo corazón, desliza el párpado inferior hacia abajo. Coloca los dedos índice y pulgar sobre la lente, cerrándolos suavemente, facilitando así que la lente se desprenda del ojo y quede retenida entre tus dedos.
PASO 5: Si tu visión es borrosa al ponerte las lentes de contacto, comprueba lo siguiente:
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Mueve suavemente la lente de contacto hacia el centro con el ojo abierto, empujando la lente con el párpado.
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Si la lente está bien colocada, pero sigues viendo mal, extráela y comprueba si está manchada de maquillaje o aceite, extráela, frótala suavemente con solución limpiadora y vuelve a insertarla. Comprueba si es la del ojo correcto y si está colocada al revés.
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ADÁPTATE POCO A POCO
El proceso de adaptación de las lentes de contacto blandas no suele durar más de dos o tres días. Al principio, para que los ojos se vayan acostumbrando, los ópticos-optometristas recomiendan llevarlas puestas solo algunas horas, alternando su uso con el de las gafas.
El usuario puede sentir transitoriamente un ligero picor y lagrimeo en los ojos y que ve “diferente” que con las gafas, generalmente mejor que con gafas. Es una respuesta normal.
Puede haber otros síntomas, que ya no serían normales: dolor o enrojecimiento, visión borrosa o disminución de la visión. Si te sucede a ti, retírate las lentes de contacto de inmediato y acude a tu óptico-optometrista para comprobar cuál es el origen de esos problemas y encontrar una solución.
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Fuente: revista Consejos de la Fundación Salud Visual (www.funsavi.es)