¿Qué es la presbicia o vista cansada?

La presbicia, también denominada popularmente como vista cansada, no puede considerarse un defecto refractivo ni por supuesto una enfermedad ocular. Es simplemente un defecto fisiológico, no patológico, que comienza a parecer cuando se llega a una determinada edad, alrededor de los 41 años.

 

Científicamente, la presbicia es un estado refractivo en donde la capacidad de acomodación (el enfoque) del ojo se muestra insuficiente para realizar cualquier tipo de actividad en visión próxima, como leer o escribir, si no se recurre a la ayuda de unas lentes compensadoras adecuadas.

Al llegar a una determinada edad, el músculo filiar, al igual que el resto de los de nuestro cuerpo, va perdiendo elasticidad y haciéndose menos potente. Al mismo tiempo, el cristalino, se va haciendo también menos flexible, con lo cual la capacidad para acomodar y, por lo tanto, para ver bien de cerca, va disminuyendo paulatinamente.

 

¿LA PRESBICIA AFECTA MÁS A MIOPES QUE A HIPERMÉTROPES?

La presbicia afecta por igual a miopes e hipermétropes, pero suele aparecer antes en estos últimos. Además, como es un problema relacionado con la edad, afecta también a aquellos que nunca han utilizado gafas o lentes de contacto. La aparición de la presbicia no debe ser motivo de preocupación, pues, como ya hemos dicho, se trata de una condición natural netamente fisiológica.

¿QUÉ SIGNOS Y SÍNTOMAS ACOMPAÑAN A LA PRESBICIA?

La presbicia comienza a manifestarse aproximadamente entre los 40 y los 42 años, y sus síntomas iniciales son muy claros: hace falta separarse de los que estamos leyendo o de la tarea que estamos realizando, por eso, la presbicia se conoce como “el síndrome de los brazos largos”, y necesitamos cada vez más luz para leer o realizar cualquier actividad en visión próxima.

FUERA MITOS: ¿Es cierto el mito de que para no acelerar la progresión de la vista cansada lo mejor es retrasar lo más posible la utilización de lentes para la presbicia?

Sobre la compensación con gafas o lentes de contacto de la presbicia hay que hacer alguna precisión: hay personas que son reacias a utilizar las gafas de cerca por primera vez, aduciendo que si se acostumbran a ellas la progresión de la presbicia es mucho más rápida y ya no pueden soltar ni un segundo sus lentes correctoras. Esta afirmación no es más que uno de tantos mitos relacionados con la salud. Lo que sucede es que una vez que la presbicia se pone de manifiesto, su avance es “implacable” y la visión de cerca empeora paulatinamente con el paso de los años, se usen o no se usen lentes compensadoras, con el agravante de estar haciendo un esfuerzo suplementario que el ojo ya no está en disposición de soportar. También sucede que el cerebro humano es sumamente sabio y una vez que comprueba que con gafas puede ver mucho mejor, luego es difícil “convencerle” de los contrario. Lo más recomendable es la utilización de unas gafas o lentes de contacto; con ello tendremos una mayor calidad de vida y nuestro rendimiento visual será óptimo.

 

TRATAMIENTOS FRENTE A LA PRESBICIA

Todos debemos ser conscientes de la importancia que tiene la adecuada compensación de la presbicia o “vista cansada” a partir de los 40 años. Debemos tener en cuenta que un 7% de los españoles que sufren presbicia nunca se ha revisado la visión en centros sanitarios especializados, un datos importante si tenemos en cuenta que un importante grupo de personas pueden tener serios problemas visuales sin saberlo o aceptarlo. Esto supone que un alto porcentaje de la población tiene problemas en la realización de tareas sencillas y habituales, como leer un libro, cocinar, o incluso conducir un automóvil, con los riesgos que esto puede conllevar para su calidad de vida y su salud.

Actualmente, el mejor tratamiento para la compensación óptica de la presbicia es puramente óptico. Después de un examen visual específico, el óptico-optometrista te recomendará la mejor solución para cada caso. En el mercado existen varios tipos de lentes (cristales) para cada una de las necesidades y estilos de vida de las personas con vista cansada. Es fundamental, a la hora de pasar una revisión visual, informar claramente al especialista de cuáles son nuestras principales necesidades en visión cercana (si leemos mucho, si trabajamos durante varias horas seguidas con el ordenador, etcétera) pues nuestras actividades pueden influir en el tipo de compensación que el óptico-optometrista nos recomiende:

  • LENTES MONOFOCALES: Recomendables para aquellos que precisan poca o ninguna graduación de lejos. Este tipo de lentes se puede montar en una gafa convencional, adecuadas para realizar un trabajo que requiera visión cercana durante un prolongado periodo de tiempo (con la ventaja de presentar un amplio campo visual y con el inconveniente lógico de sufrir una visión de lejos completamente borrosa, pudiendo llegar incluso a sentir ciertas sensaciones de vértigo), o en gafas denominadas de “media luna”, ideales para aquellas personas que tienen buena visión de lejos, ya que permiten mirar por encima de ellas.

  • LENTES BIFOCALES O TRIFOCALES: Las lentes bifocales son una buena solución, ya que facilitan la visión de lejos por la parte superior de la lente y la de cerca por la zona inferior, con tan sólo una leve elevación de ojos o de la cabeza. Este tipo de lentes permite ver nítidamente objetos que se encuentren cerca y lejos de nosotros, pero se pierde la visión nítida de las áreas intermedias. Además, desde un punto de vista estético, se nota la división entre ambas zonas ópticas. Las lentes trifocales sirven para cubrir la visión de cerca, lejos o intermedia. Es difícil adaptarse a ellas y se nota igualmente la división entre las zonas ópticas.

  • LENTES PROGRESIVAS: Sin lugar a dudas, la mejor solución para la presbicia existente en la actualidad. Este tipo de lentes permite una visión nítida a cualquier distancia, simplemente variando la inclinación de los ojos o de la cabeza, por lo que elimina las limitaciones propias de la presbicia, además de ser las más estéticas. Son idóneas para aquellos que deben trabajar en visión de cerca prolongados periodos de tiempo y también para aquellos que precisan cambiar de distancia de mirada con frecuencia. La adaptación a unas lentes progresivas puede ser algo más larga que unos bifocales, aunque el resultado final compensa este periodo adaptativo.

  • LENTES DE CONTACTO: En la actualidad, la tecnología ha resuelto con eficacia el mismo problema por medio de lentes de contacto adecuadas a la presbicia, en particular las multifocales o progresivas, con un altísimo porcentaje de éxito en las adaptaciones.

 

¿QUÉ RECOMENDAMOS DESDE ALVA ÓPTICOS?

La tecnología actual ha mejorado y evoluciona a un ritmo altísimo. Por ello, la lentes progresivas son la mejor opción por comodidad, estética y calidad. A ellas, hay que sumar las lentes de contacto progresivas, donde añadimos libertad de movimientos y mayor ángulo de visión, con las mismas características que una gafa progresiva. Cualquiera que sea tu caso, tras un estudio personalizado y exhaustivo, te recomendaremos la opción que mejor se ajusta a tu situación.

 

 

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